Hoy quiero hablarte de arte. Es una de mis pasiones, así como mi profesión durante años y, cuando hablo de ello, me gusta poner de manifiesto sus tres pilares fundamentales: la curiosidad, la imaginación y la creatividad.
Los tres parten de algo que es necesario esté vivo en ti: tu niñ@ interior y, al mismo tiempo, es importante que trabaje contigo al unísono formando un tándem perfecto.
Tu niñ@ interior es el responsable de que estos tres pilares funcionen y se desarrollen plenamente, y lo hagan en un fluir constante de ideas y sincronicidades.
Empecemos por la curiosidad. ¿Recuerdas cuando eras niño y te hacías miles de preguntas? Querías saberlo todo, y todo te llamaba la atención. Era la manera que tenías de aprender, de crecer, de darle forma y significado a aquello que veías con tus ojos y tu mente. Te sentías libre para preguntar todo aquello que querías y sentías. ¡Qué maravilla, verdad! ¡Y qué poco duró! ¿Recuerdas también aquello que te decían: “Es de mala educación preguntar”? ¿Lo recuerdas? Quizá lo hayas olvidado, y al mismo tiempo hayas olvidado tu curiosidad…
¿Qué te parece si decides ser “maleducad@” y activas tu innata curiosidad? Hace tiempo que decidí hacerlo y mi niña interior, Mariajo, empezó a sentirse feliz después de mucho tiempo.
Cuando sientes curiosidad y empiezas a hacerte preguntas, tu IMAGINACIÓN se pone en marcha y, ¿qué ocurre entonces? Empiezas a engrasar el engranaje del hemisferio derecho de tu cerebro, el que tiene que ver con la creatividad y con algo tan importante como es tu INTUICIÓN. El contacto directo con la “fuente”, con lo más profundo de tu alma, de donde parten todas las ideas.
Ya te has levantado del sillón, has dado los primeros pasos, ahora te queda dar un paso más: el tomar acción para plasmar todas esas ideas en un papel, en un lienzo, en una guitarra, un informe, una operación, una clase, una receta, un diseño o el arreglo de un armario. Es hora de dar forma a las ideas, es hora de CREAR. Estás abriendo ALAS y estás dando rienda suelta a tu CREATIVIDAD.
¿Sientes cómo disfruta tu niñ@ interior? ¿Ves cómo ríe, cómo baila? Está haciendo lo que mejor sabe hacer, CREAR.
Si hubo un artista que cumplió con creces todos estos requisitos, este fue Henri Rousseau. Su enorme CURIOSIDAD le llevó a IMAGINAR de forma desbordante paisajes de ensueño que solo había visto en su mente o en láminas del Jardín Botánico. Paisajes que después CREABA, plasmaba en un lienzo.

Pintor autodidacta, no fue hasta la edad de cuarenta y dos años que empieza a sentir una verdadera pasión por la pintura. Tanto es así que años después abandonará su trabajo para ir en busca de su sueño.
*Un inciso aquí para recordar que nunca es tarde para hacer aquello que te gusta y hacer realidad tus sueños*
Y lo logró, pues llegó a ser uno de los artistas más reconocidos del arte moderno.
Al principio, nadie creyó en él, e incluso intentaron ridiculizarlo. Sin embargo, él tenía tan claro lo que quería, que dejó de escuchar las voces externas y solo escuchó la voz de su corazón.
Veían sus cuadros y se preguntaban, ¿dónde está la perspectiva? ¿Qué son esos personajes inventados? No entendían lo que veían e intentaron boicotearle, más no fue posible.

La clave de su arte está precisamente en esa “invención” que parte de su intuición, de su imaginación, y la tenía tan desarrollada porque jugaba con ventaja. Su niño interior lo tenía muy desarrollado y esto le hacía más inmune a las críticas. Permitía que su niño se divirtiera, disfrutara haciendo lo que más amaba, pintar. Tenía muy claro lo que quería y estaba dispuesto a conseguirlo.
Fue Picasso quien fue capaz de “ver” más allá y ser consciente de la gran profundidad que se ocultaba tras una aparente ingenuidad.
Pintaba desde lo más profundo de su ALMA, todo aquello que su intuición le iba dictando. Al no haber recibido formación, estaba libre de normas, técnicas y convencionalismos, usando esto como su mayor fuerza estilística.
Hizo que esa aparente INGENUIDAD pasara a ser la característica principal de su obra, en pro de la búsqueda de formas de expresión que evocaran a la infancia.
Tenía acceso directo “a la fuente”, se conectaba con su esencia con inmensa facilidad, recibía información que debía ser revelada. Es la forma que tuvo de dar rienda a su CREATIVIDAD.
Gozaba de una gran confianza en sí mismo, lo que se reflejaba de forma magistral en su obra.
Esto es lo que ocurre cuando te reconcilias con tu niño interior, caminas junto a él y dejas que aflore y salga de su escondite a jugar. Todo lo que haces se vuelve fácil, obtienes CLARIDAD y recuperas la línea directa con el Universo.
Comienzas a trabajar de dentro hacia fuera, eres consciente del poder creador que opera a través de ti, y le dejas hacer.
¿Jugamos?
SUELTA AMARRAS, TU BARCO TIENE UN RUMBO GUIADO POR LA FUERZA INFINITA DEL UNIVERSO. TEN FE Y SE UN FARO PARA QUIENES TE RODEAN.
CREA desde el corazón.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS
Déjame tu comentario, estaré feliz de leerte. Comparte con aquellos a los que creas les puede ayudar.
TU LIENZO EN BLANCO